INTRODUCCIÓN
En este
momento de mi evolución como ser espiritual experimentando en el planeta
tierra, tengo la absoluta seguridad de que el ser humano no consta solo de un
cuerpo físico, denso material, que es el que aprecian nuestros sentidos
físicos. El ser humano posee un intrincado sistema energético, creado para
albergar toda clase de información y ante todo, una conexión permanente con el
universo y los múltiples planos dimensionales. Este sistema energético es
sostenido por el cuerpo de Luz y por el ADN.
Este sistema funciona bajo todas las leyes de la Luz
y particularmente aquello que lo mueve es la Ley de la Atracción, impulsada por
la vibración resonante. Es decir, lo igual atrae a su igual. Tú envías a través
de la vibración creada por tus pensamientos y tus emociones, la información al Universo
para crear tu realidad. Este sistema crea y es la base del cuerpo de Luz, se
mueve a través del cuerpo físico y es la base de la Red neuronal del
cerebro.
Sin embargo, a consecuencia de la desconexión y
fundamentalmente de la consciencia de separación que es sostenida por los seres
humanos, este sistema funciona para nosotros únicamente en un 10% de su total
capacidad.
Sumado a ello, los puntos de anclaje de este sistema
se encuentran atrofiados y es por ello que al Ser Humano le cuesta tanto
comprender la verdad de su existencia y acceder al flujo infinito de luz, amor
e información.
Esos puntos físicos que se encargan de sostener a
este sistema energético de bandas de Luz, son las articulaciones del
cuerpo. También muy relacionados con las glándulas endocrinas.
Con el paso de las eras, la manipulación y el miedo
en el que el ser humano sumergió su consciencia, generó que se comenzara a
vivir en la esclavitud mental, emocional y sexual. Perdiendo de esa forma todo
contacto con la Luz y la capacidad creadora innata del ser humano.
Las emociones que comenzaron a gobernar eran el
miedo y el dolor, con ello, el cuerpo físico comenzó a atrofiarse, reduciendo
drásticamente su vibración y con ello enfermando cada vez con más frecuencia,
lo que dio paso a empezar a ceder su poder personal a agentes externos como son
los medicamentos, las personas, las religiones, etc.
A consecuencia de ello, el ser humano olvidó. Se
perdieron en el dolor y la ignorancia y el cuerpo físico dejó de ser el templo
sagrado para convertirse en la prisión que les recordaba lo finita y débil que
su existencia era.
Las leyes de la luz y todo el conocimiento aportado
por la medicina del amor, son esas llaves de geometría y color, cuyo propósito
es despertar al ser humano de su sueño profundo y abrir la puerta para el
reencuentro con su infinito potencial.
Es momento de recordar que nosotros somos creadores,
que tenemos las herramientas necesarias para cumplir nuestro propósito en esta
encarnación, vivir una existencia llena de felicidad, salud y amor.
Pretendo haceros llegar estas herramientas, a través
de este libro, simplemente recuperando el recuerdo de toda la sabiduría
ancestral que ya se encuentra en nuestro ADN. La cual nos la han venido
recordando maravillosos avatares a lo largo de todas las eras.
Decreto mi intención de activar todo este
recuerdo.
Que así sea, hecho está.
Agradezco desde lo más profundo de mi corazón,
todas las herramientas que el Universo ha puesto
en
mi camino para que se haya materializado la
magia del recuerdo.
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